Cirugía de los Trastornos del Comportamiento: El Estado del Arte

Yampolsky, C., Bendersky, D.

Revista Argentina de Neurocirugía, 2014; 28(3): 78-98



Quiénes tengan tiempo para leer detenidamente todo este artículo encontrarán una excelente revisión de la cirugía para los trastornos del comportamiento. Yampolsky expone de forma ordenada y sistemática las bases anatómicas, historia e indicaciones actuales de la denominada "sicocirugía", termino abandonado por sus implicancias. La cirugía para los trastornos del comportamiento se comenzó a usar en pacientes psiquiátricos en una época en la cual el armamentario terapéutico era muy limitado. Posteriormente se popularizó, pero sus indicaciones no estaban estandarizadas, los criterios diagnósticos no eran claros y los procesos quirúrgicos tenían una alta tasa de secuelas inaceptables y muertes.
Gracias al avance de las técnicas quirúrgicas y la generación de estimulados, la cirugía de los trastornos del comportamiento tiene un lugar para tratar casos seleccionados con buena tasa de éxitos.
Recomendamos la lectura de este artículo a neurocirujanos, neurólogos, siquiatras, personas que cuiden pacientes siquiátricos y porque no, a familiares que quieran acercarse a entender las bases y probables resultados de estos tratamientos.



Resumen
Introducción: la cirugía de los trastornos del comportamiento (CTC) se está convirtiendo en un tratamiento más común desde el desarrollo de la neuromodulación. Podemos dividir su historia en 3 etapas: la primera comienza en los inicios de la psicocirugía y termina con el desarrollo de las técnicas estereotácticas, cuando comienza la segunda etapa. Ésta se caracteriza por la realización de lesiones estereotácticas. Nos encontramos transitando la tercera etapa, que comienza cuando la estimulación cerebral profunda (ECP) empieza a ser usada en CTC.
Objetivo: el propósito de este artículo es realizar una revisión no sistemática de la historia, indicaciones actuales, técnicas y blancos quirúrgicos de la CTC.
Resultados: a pesar de los errores graves cometidos en el pasado, hoy en día, la CTC está renaciendo. Los trastornos psiquiátricos que más frecuentemente se tratan con cirugía y los blancos estereotácticos preferidos para cada uno de ellos son: cápsula interna/estriado ventral para trastorno obsesivo-compulsivo, cíngulo subgenual para depresión y complejo centromediano/parafascicular del tálamo para síndrome de Tourette.
Conclusión: los resultados de la ECP en estos trastornos parecen alentadores. Sin embargo, se necesitan más estudios randomizados para establecer la efectividad de la CTC. Debe tenerse en cuenta que una apropiada selección de pacientes nos ayudará a realizar un procedimiento más seguro así como también a lograr mejores resultados quirúrgicos, conduciendo a la CTC a ser más aceptada por psiquiatras, pacientes y sus familias. Se necesita mayor investigación en varios temas como: fisiopatología de los trastornos del comportamiento, indicaciones de CTC y nuevos blancos quirúrgicos.


Abstract
Background: Surgery for behavioral disorders (SBD) is becoming a more commonly-used treatment since the development of neuromodulation techniques. We can divide the history of SBD into 3 stages: the first stage spanned from the dawn of psychosurgery to the initial development of stereotactic techniques. The second stage was characterized by the recognition of stereotactic lesions. We are currently traveling through the third stage, which began when deep brain stimulation (DBS) started to be used for SBD.
Objective: This article reviews the history, current indications, techniques and surgical targets of SBD.
Results: Despite serious errors committed in the past, SBD is now re-emerging as an accepted therapeutic approach. The psychiatric disorders that are most frequently treated by surgery and the preferred stereotactic targets for treating them are: the internal capsule/ventral striatum for obsessive-compulsive disorder; the subgenual cingulate for treatment-resistant depression; and the centromedianum/parafascicularis complex of the thalamus for Tourette syndrome.
Conclusions: Early results for DBS in these disorders are encouraging. However, more randomized trials are needed to establish the effectiveness of SBD. It must be taken into account that ensuring proper patient selection will enhance both procedural safety and effectiveness, leading to SBD being more accepted by psychiatrists, patients and their families. Further research is needed in several areas, like the physiopathology of behavioral disorders, indications for SBD, and new surgical targets. 


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